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El BFS 33M es mucho más que un sencillo sensor de color. Como sensor de color verdadero detecta con precisión cada color dentro del espacio del color técnico, por lo que resulta ideal para una amplia variedad de aplicaciones exigentes como la robótica, el montaje automatizado, el sector del embalaje o la industria de proceso de la madera. La robusta carcasa de aluminio del sensor no es tan sólo atractiva y moderna, sino que cumple además las necesidades especiales de los fabricantes de maquinaria y de sistemas.
El sensor siempre se utiliza junto a un cable de fibra óptica, por lo que puede emplearse en aplicaciones sometidas a entornos especialmente adversos y con poco espacio para el montaje. Todos los ajustes del sensor se pueden realizar de manera sencilla y se visualizar mediante un software de fácil manejo. Esto significa que el sensor no solo estará listo y en funcionamiento de inmediato, sino que el usuario siempre conocerá su estado. El BFS 33 es la herramienta ideal para el control automatizado de la calidad dentro de procesos en pleno funcionamiento.